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Madres buscadoras llegan ante la Virgen de Guadalupe para agradecer el hallazgo de sus hijos, aunque los encontraron sin vida

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • hace 4 horas
  • 3 Min. de lectura

Las historias de Jaqueline y Berenice reflejan una realidad que se repite en un país marcado por la violencia y las desapariciones

Madres Buscadoras
"Ahora me toca acompañar a otras madres, padres y familias": Jaqueline

Ciudad de México. (Quinceminutos.MX). –En medio del fervor guadalupano y del silencio que acompaña al duelo, madres buscadoras llegaron hasta la Basílica de Guadalupe para cumplir promesas hechas en los años más dolorosos de su vida: agradecer a la Virgen del Tepeyac haber encontrado a sus hijos desaparecidos, incluso cuando el desenlace fue el más devastador.


En el atrio del Tepeyac, entre veladoras y rezos, las madres no sólo agradecen, también recuerdan a sus hijos y alzan una plegaria colectiva: que quienes aún faltan regresen a casa y que ninguna familia vuelva a caminar sola en la incertidumbre.


Las historias de Jaqueline Palmeros y Berenice reflejan una realidad que se repite en un país marcado por la violencia y las desapariciones, donde la fe se convierte, para muchas familias, en el único sostén frente a la revictimización, las omisiones y la falta de respuestas de las autoridades.


Jaqueline, integrante del colectivo Una luz en el camino, lleva cinco años peregrinando a la Basílica. Durante ese tiempo, cada diciembre caminó en soledad, rezando y pidiendo a la Virgen que la ayudara a encontrar a su hija, desaparecida el 24 de julio de 2020 en la Ciudad de México. Este año, su visita tuvo un significado distinto.


“Finalmente encontré a mi hija, aunque no viva, como yo quería”, expresó. A pesar del dolor, Jaqueline acudió al Tepeyac para cumplir la promesa que había hecho. “En este camino, la espiritualidad ha sido mi sostén. Después de tanta revictimización, omisiones y negligencias por parte de las autoridades, la fe es lo único que nunca me ha fallado”, afirmó.


"Mi hija desapareció el 24 de julio de 2020 en la Ciudad de México. Durante cinco años caminé rezando para encontrarla y este año la encontré, pero no con vida. Aun así, estoy aquí para agradecerle a la Virgen del Tepeyac. ¡Cumplí mi promesa!"

Para ella y para las familias que integran la Brigada Nacional de Búsqueda, la presencia ante la imagen de la Virgen representa un acto profundo de resistencia y esperanza. “Le agradecemos la fuerza para seguir buscando y le pedimos que muchos de nuestros “tesoros”, como llamamos a nuestros seres queridos desaparecidos, regresen pronto a sus hogares. También le damos gracias por quienes han sido localizados durante el año, independientemente del resultado”, explicó.


Aunque su duelo continúa, Jaqueline asegura que ahora su camino también es el acompañamiento. “Así como encontré a mi hija, quiero ayudar a que otros también encuentren a los suyos. Aquí seguimos, caminando, pidiendo y agradeciendo”, sostuvo.


Madres Buscadoras
"Yo hice una promesa, y por eso estoy aquí cumpliéndola": Berenice.

Una historia similar es la de Berenice, quien llegó de rodillas ante el altar para agradecer el hallazgo de su hijo, desaparecido durante meses. “Yo le pedía a la virgencita que me dejara encontrarlo. Y sí, lo encontré… lo encontré sin vida”, relató.


El dolor se agravó con una segunda pérdida casi inmediata: su nuera, embarazada durante la desaparición de su hijo, perdió al bebé en medio de la angustia. “En menos de un mes tuve dos pérdidas”, compartió. Sin embargo, Berenice decidió cumplir su promesa. “Porque pude hallarlo, pude darle una buena sepultura y dejar descansar un poco mi corazón”.


Estas historias forman parte de las #HistoriasGuadalupanas2025, que se difunden hasta el 15 de diciembre por parte de la Arquidiócesis Primada de México y dan cuenta de la dimensión humana y espiritual del fenómeno de la búsqueda en México.

Con información de Tania Embriz y Cynthia Fabila

Fotos: Néstor Negrete y Eduardo Galicia

@ArquidiocesisMx

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