Alumnos de la Facultad de Ciencias de la Electrónica ganan oro en Infomatrix Argentina 2025
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Triunfan con Signavox, una aplicación web para traducir lenguaje de señas mexicano en oraciones escritas

Puebla, Méx.-Signavox es una aplicación web para traducir el Lenguaje de Señas Mexicano (LSM) a oraciones, se trata de un traductor desarrollado por estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE) de la BUAP, quienes han puesto en alto el nombre de la institución al obtener la medalla de oro en Infomatrix Argentina, XX Concurso Iberoamericano de Proyectos Estudiantiles de Ciencia y Tecnología.
El equipo —que compitió con pares de al menos seis países y ganó en la categoría de desarrollo de software— está formado por los alumnos de Electrónica: Iralice Cardona Castillo, Fernando León Oropeza (bicampeón de Fepro) y José Orizaga y Espin de Mecatrónica. Su trabajo, asesorado por el maestro Nicolás Quiroz Hernández, obtuvo previamente el primer lugar en la categoría de desarrollo de Software y Hardware en la XVII Competencia Fepro 2025, realizada por la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP, lo que les permitió obtener la acreditación para asistir al encuentro internacional.
Signavox inició en el Laboratorio SLED de la FCE, un centro de desarrollo de prototipos electrónicos donde se diseñan y elaboran trabajos que forman a los alumnos de licenciatura y posgrado. De este espacio han salido proyectos ganadores de Fepro en los años 2019, 2024 y 2025.
Cómo funciona
En el desarrollo de esta aplicación web, Iralice Cardona se encargó de la base de datos, para lo cual fue necesario conocer el lenguaje de señas y grabarlo, a fin de que la inteligencia artificial (IA) aprendiera cada seña. Fernando León trabajó en el modelo de IA y su capacidad para traducir y formar oraciones, mientras que José Orizaga contribuyó con la base de datos y el desarrollo de la interfaz.
El mecanismo de operación es sencillo: cuando una persona que emplea el LSM se coloca frente a la pantalla, el programa arma un diseño de hombros, brazos, manos y rostro a través de puntos de referencia, con el fin de obtener información de los movimientos para formar letras o palabras con señas. Posteriormente, con una herramienta de Google, se obtiene un cubo de datos en tres dimensiones, a partir de los diferentes puntos de referencia, con lo cual se implementa el modelo de IA.
“Lo que hacemos es tomar 42 poses o imágenes y se manda al modelo implementado, el cual es un clasificador que registra los movimientos y suelta una respuesta, que es la traducción de la seña en una palabra. De ahí, tomamos las últimas cinco predicciones para formar una oración, con apoyo en un modelo de lenguaje”, explicó Fernando León.
Respecto a la interpretación, José Orizaga añadió que el LSM no tiene tantos conectores como el idioma español, por lo que es importante usar probabilidades para apoyar la interpretación y formar oraciones coherentes, dando prioridad a una palabra; todo esto se trabajó en la interfaz, que se fue mejorando.
Para entender las necesidades de los usuarios del LSM, Iralice Cardona mencionó que contaron con la asesoría de una psicóloga y colaboraron con Victoria Alemán y Mariana Mendoza, persona con discapacidad auditiva y maestra en lenguaje de señas, lo que les permitió comprender y respetar las dinámicas de comunicación.
Sobre el triunfo en Infomatrix Argentina —realizado del 16 al 18 de octubre—, el maestro Nicolás Quiroz destacó que la medalla de oro tiene doble mérito, porque los alumnos se enfrentaron a proyectos internacionales con más tiempo de maduración. Resaltó su autogestión, habilidades de comunicación, expresión y trabajo en equipo como claves de su éxito.
Refirió que en este evento internacional se comparten experiencias entre asesores, lo que permitió valorar el apoyo de la BUAP y de las facultades de Electrónica y de Ciencias de la Computación.
A futuro, la intención es que Signavox se convierta en un traductor reconocido no solo para el lenguaje de señas en español, sino también bidireccional (de señas a texto y de texto a imagen de señas). Aunque reconocen que los proyectos de IA requieren inversión importante, confían en mejorarlo, obtener financiamiento y ampliar su alcance social y tecnológico.
Impacto social
Signavox responde a las necesidades de un sector vulnerable, promoviendo la inclusión social. Según el INEGI (2021), en México hay casi seis millones de personas con discapacidad, de las cuales 12.1 % presentan problemas de audición, lo que refuerza la importancia del Lenguaje de Señas Mexicano.
Signavox facilitaría que niñas y niños sordos accedan a una educación básica, obligatoria y bilingüe, que comprenda la enseñanza del idioma español y del LSM. Las cifras oficiales muestran que solo 21 de cada 100 personas sordas de entre 3 y 29 años van a la escuela, y apenas 47 % alcanza el cuarto grado de primaria, lo que limita su acceso a un trabajo digno y a una mejor calidad de vida.



































































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