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Alejandro Armenta: ruptura con el pasado político poblano

  • Foto del escritor: Quinceminutos.MX
    Quinceminutos.MX
  • hace 18 horas
  • 3 Min. de lectura

Recuerdo al Alejandro Armenta que en 2015 se lanzó a campaña en busca de la diputación federal. Una campaña hecha a pie en las comunidades de la región de Acatzingo, con recorridos casa por casa y calle por calle, sin dejar un punto sin atender. Recuerdo, también, haberlo escuchado hablar de doña Cholita, el barrio de las 3 horas y su historia entre cultivos y la escuela —ahí estuvimos reporteando—.


En ese entonces, pocos podían prever con certeza que esa travesía política marcaría su despegue nacional. Sin embargo, el tiempo terminó por colocarlo en la antesala de un proyecto político más grande: el Senado de la República y, después, la gubernatura del estado de Puebla.


El punto de inflexión llegaría, sin duda, sólo dos años más tarde, con la firma del Pacto de Unidad convocado por Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México en abril de 2017. Aún sin la certeza de que Morena se consolidaría como partido dominante, Armenta apostó por un proyecto de nación que fue criticado —incluso por plumas que hoy lo elogian—, manteniéndose firme en su visión. El mismo carácter que mostró entonces, lo exhibe hoy, en medio de una crítica permanente a acciones de gobierno que, lejos de caer en la retórica, están marcando un rumbo claro para Puebla.

Alejandro Armenta en su campaña de 2015, rumbo a la Diputación Federal. Foto: Archivo
Alejandro Armenta en su campaña de 2015, rumbo a la Diputación Federal. Foto: Archivo

Los números no mienten. A 200 días de su administración, Alejandro Armenta ha consolidado un gobierno con carácter propio y con un ritmo de trabajo que no encuentra comparación en administraciones anteriores. La estrategia de seguridad, el impulso al deporte, el rescate financiero, la infraestructura educativa, y el ordenamiento del transporte público, configuran una percepción de eficiencia, orden y transparencia que, en otras gestiones, solo existía en el discurso.


Y eso se refleja en las encuestas. De acuerdo con Demoscopía Digital, el gobernador de Puebla ocupa el primer lugar nacional en aprobación, con un 69.6%, superando a figuras como Julio Menchaca (Hidalgo) y Alfonso Durazo (Sonora). Desde diciembre de 2024, cuando marcaba un 67%, su aprobación ha tenido una tendencia positiva y sostenida.


Paralelamente, la casa encuestadora Rubrum lo posiciona como el tercer gobernador mejor evaluado del país con una calificación general de 7.22, destacando especialmente en obra pública, transparencia y cercanía con la ciudadanía, donde se mantiene entre los 10 primeros lugares nacionales.


Esto no es fortuito. Es el resultado de una administración que ha puesto el oído en la tierra, que camina el estado como en sus días de campaña, y que tiene claro que la legitimidad no se hereda ni se decreta: se construye.


Y como toda transformación, esta también ha dejado “viudas del poder”. Aquellos que medraron bajo el desorden o que encontraron en los gobiernos pasados el pretexto para el negocio y el clientelismo, hoy están fuera de la jugada. El nuevo esquema, donde se privilegia el interés público sobre el interés de grupo, ha generado incomodidades, algunas de las cuales se traducen en críticas disfrazadas de análisis.


En un país donde la mayoría de los gobernadores se desdibujan tras su llegada al poder, Armenta no ha perdido el ritmo. Lo mantiene, lo incrementa y, sobre todo, lo proyecta. Puebla ha dejado de estar a la sombra de la improvisación y hoy camina con dirección. ¿Perfecto? No. ¿Mejor que antes? Sin duda.


La cercanía que el gobernador ha mantenido con la ciudadanía —evaluada con 7.03 en Rubrum— no es solo una estrategia política, es una herramienta de gestión. La gente lo percibe presente, directo y receptivo, características que cada vez pesan más en la valoración ciudadana de cualquier autoridad.


En este escenario, el desafío es claro: mantener el ritmo, blindar la eficiencia contra la burocracia, y asegurar que la visión de futuro no se diluya en los laberintos de la política local. Porque si algo ha demostrado Alejandro Armenta en estos seis meses, es que sí se puede gobernar con dirección, resultados y cercanía.


Cuenta de X: @mecinas

Premio estatal de periodismo 2014 y 2015

Director de Quinceminutos MX


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