El curioso alcalde de la “hermana República” de Chinantla

Por encima de las garantías individuales que protege la Constitución, amagando con violar algunos derechos humanos de sus gobernados -y hasta de quien vaya “de paso”- y sin siquiera una pizca de sentido común, el presidente municipal de Chinantla, Puebla, Arturo Cruz García, se ha inventado una serie de “normas” en esa municipalidad mixteca, en el contexto de la pandemia por el Covid, las que, aunque dejan ver su buena intención, desnudan también su supina ignorancia, su incapacidad como gobernante y su esencia harto rupestre.

El conocido empresario de bailes populares y ahora metido a político ha amenazado con meter a la cárcel y fichar, con foto y datos, a los chinantecos que no usen cubrebocas, pero también la misma pena tendrán las personas que vayan solamente de paso por ese municipio, cuya cabecera es puente de comunicación indispensable entre Puebla y Guerrero.

Así como lo lee: Chinantla, con 3 contagios de Covid-19 y con el argumento de proteger a los habitantes de la pandemia, estaría convertido ahora en un “territorio independiente”, fascista y represor, como el Chile pinochetista o la Argentina del régimen militar.

Cruz, quien ejerce también de locutor en la estación Itza, en el 105 de Frecuencia Modulada, ha advertido, y para ellos se generó un “decreto” que asegura fue avalado por su Cabildo, a los habitantes de esa población que deben portar el aditamento sanitario “al salir, desde su casa”.

Chinantla, por cierto, es bien conocida porque muchos de sus hijos están en Nueva York y ahora mismo padecen por el Coronavirus. Desde allá, cuando se les pregunta por el alcalde, dicen que “manda saludos”, pero solamente eso.

Arturo Cruz García, con un desconocimiento mínimo de las leyes mexicanas y con una pobre y muy personal interpretación de los acuerdos de la Secretaría de Salud federal y de los decretos que ha emitido el gobernador Miguel Barbosa, se ha inventado sus propias medidas sanitarias, desde la imaginación, que resultan hasta persecutorias contra los chinantecos.

Según leyó y dijo Cruz García en su programa de radio del 21 de mayo, y cuya versión está en Facebook, en su “decreto” se advierte a los negocios locales que “deberán vender únicamente para entrega a domicilio”.

Luego agregó de su ronco pecho: “por favor que respeten a los señores de los negocios, que pongan sus límites, porque lo que estoy viendo yo en las calles es que las personas no ponen su sana distancia”.

Hasta ahí, la recomendación merece incluso un aplauso, pero luego siguió: “vamos a ser flexibles, siempre y cuando obedezcan las medidas sanitarias; de lo contrario, se cerrará el negocio…”

Cruz soltó entonces la amenaza a los chinantecos: “todas las personas que circulen por las calles del municipio de Chinantla deberán utilizar cubrebocas, por lo que se autoriza a la Policía Municipal a realizar estas recomendaciones, así como será obligatorio el uso del mismo, ya que, de no hacerlo, se puede realizar alguna multa, y son altas, o prisión”.

Ahí ya, Cruz García, por sus pistolas pasó por alto la decisión de los niveles federal y estatal, de no actuar contra los ciudadanos de manera coercitiva o persecutoria.

Ni en el ámbito federal, ni en el de la entidad de Puebla hay penas corporales por no seguir las medidas sanitarias recomendadas.

Eso ha sido un punto reiterado, de aludir a la responsabilidad colectiva, pero, sobre todo, respetar las leyes y las garantías de los ciudadanos.

Para el ejercicio de gobierno se requiere también imaginación y conocimientos mínimos y básicos, que Cruz no tiene.

Y se va más a fondo el alcalde de Chinantla, quien en redes sociales ofrece también recetas para un buen y tradicional caldo de borrego:

A quien se le vea sin cubreboca “se le va a pedir que la próxima vez, si se llega a ver a la misma persona, se van a tomar sus datos y una fotografía”, es decir, como en los más anquilosados sistemas fascistas, va a fichar a los ciudadanos.

Hay más: “si reincide, inmediatamente es arrestado y su multa va a ser bastante alta”.

Pero hay más y peor: el alcalde que también fue migrante en Estados Unidos sentenció que los visitantes que vayan de paso por Chinantla, si es que bajan a realizar alguna actividad en el municipio, serán también arrestados si no utilizan cubrebocas y gel.

Aquí, el priísta, de concretar su amago, estaría violando el Artículo 11 de la Constitución, que garantiza el libre tránsito de las personas. Incluso, es considerado un derecho humano.

Arturo advirtió que, para este propósito, la Policía Municipal vigilará los vehículos que ingresen por esa municipalidad, cuya cabecera es paso obligado hacia otras, como Piaxtla y Tulcingo de Valle, y que comunica además a los estados de Puebla y Guerrero.

“Se autoriza a la Seguridad Pública Municipal a colocar puestos de control, para verificar quienes transiten por automóvil por la carretera que cruza en la cabecera municipal, deberán usar cubrebocas y gel antibacterial (sic).

“Vamos a tener dos puestos, una patrulla a la entrada de Chinantla y otra a la salida, por ambas partes, y a todos, a todos los que pasen se les va a pedir, que utilicen cubrebocas y gel antibacterial, si van a hacer una parada en el municipio de Chinantla, si van de paso, no tenemos ese problema.

“Pero se va a estar -amenazó nuevamente- en comunicación constante, tomando las placas y el tipo de carro, para saber si ya salió del municipio”, o sea que ¿habrá persecución policiaca contra el fuereño?

“Si es sorprendido ese carro o esa persona que va conduciendo, inmediatamente va a ser arrestada y multada”, sentenció Cruz.

Suponiendo sin conceder, que haya anuncios en esos puestos de control o se informe de las restricciones, en las entradas de Chinantla, cómo espera el alcalde que la gente que va de paso, que es mucha diariamente, sepa de las medidas que “decretó” y que vaya preparada. ¿Cómo?

Arturo Cruz, en su faceta de locutor de radio, debe creer que sus programas son muy escuchados en todo el mundo, pero también podría ser que se equivoque.

No aplica siquiera el sentido común, para entender que mucha gente, más allá de los alrededor de 3 mil 500 habitantes de su municipio, no tiene forma de enterarse de esas medidas.

Visto así, y sin regatearle ni un milímetro sus buenas intenciones, lo lamentable es su ignorancia.

Para que aplicara su decreto y las medidas que se inventó, Chinantla tendría que, sin exageración, declararse en independencia del Estado Mexicano.

Ser, por sí misma y por sí sola, una República.