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Crónica: El Palacio, un entierro y un destape

Sin quitar la mirada del papel que fue colocado sobre su atril, como si se tratara de un completo desconocido, de quien por primera vez pronunciará el nombre, el presidente Andrés Manuel López Obrador leyó pausadamente “Ig-na-cio Mier Ve-laz-co, de Pueblo -pareciera que equivocó-, Puebla -corrigió-, de Zaragoza”.



El evidente desaire llevó un descomunal mensaje para el coordinador de los diputados federales del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien se había armado, con sus incondicionales, una artificial alabanza y un breve coro de “gobernador-gobernador”, como si estuviera en la plaza pública de su pueblo, Tecamachalco, y no en Palacio Nacional.


La reunión de las bancadas lopezobradoristas de la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados con el Primer Mandatario no fue el mejor día para el ex priísta poblano, pero sí uno luminoso para el secretario de Gobernación. El primero pareció asistir a un entierro y el otro gozoso disfrutó su destape. El mismo día. En el mismo acto.



“Ya que se equivocó mucho Nacho (Mier), pues yo también me puedo equivocar”, dijo Andrés antes de leer, con pausas forzadas y a propósito, su nombre. El mensaje había quedado claro.


A la par, un grupo de diputados entusiastas, no todos los poco más de 270 que asistieron a la cita, se levantaron para aplaudirle a Moisés Ignacio, quien en su propia alocución había cometido tres yerros evidentes y graves.


Fue un mediodía en el que el presidente López Obrador había llamado a los diputados para “reconocer” su trabajo, pero dejó mensajes de desdén, para alabar, en cambio, la labor de negociación con otras fuerzas políticas del secretario de Gobernación, su paisano y compañero de muchas batallas, dese hace casi tres décadas.


Mier el amigo de César Duarte


El poblano, en su oportunidad al micrófono, desplegó un ritmo de lectura torpe, que lo obligó a improvisar y soslayar los apuntes o discurso escrito, que en unas hojas llevaba en mano.


La impericia para improvisar lo hizo trastabillar. Primero, no supo con precisión decir que este 30 de abril concluye el Segundo Periodo Ordinario de Sesiones del Primer Año de Ejercicio de la LXV Legislatura. Lo confundió y luego bromeó: “es para que estén atentos”, dijo a la concurrencia.


Segundo, aseguró que las bancadas lopezobradoristas de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) suman “176” integrantes en el Palacio Legislativo de San Lázaro, pero en realidad son 276.


Y el tercero y el más grave error, al referirse al tema de la Reforma Electoral, que el Presidente anunció esta mañana, con sus especialistas, quiso hacer alusión positiva al morenista Horacio Duarte Olivares, ex representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral (INE), pero mencionó, como “mi amigo”, al ex gobernador priísta de Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien está preso en Estados Unidos por un rosario de delitos de corrupción.


Antes, en la parte menos errática de su discurso, Mier, también ex presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), reconoció al vicecoordinador Leonel Godoy, quien de facto ha tomado el liderazgo de la bancada de Morena, para varios temas delicados y en los debates.


“Presidente-presidente”


En el acto en Palacio Nacional, muy distinta fue la mención de Andrés Manuel López Obrador a su secretario de Gobernación, Adán Augusto López.


Sin que lo requiriera el protocolo, el Presidente pidió un reconocimiento general para su paisano, de quién dijo es el verdadero negociador de los asuntos importantes de la República.

Lo ponderó como el conciliador en todos los ámbitos: Legislativo, ante el Poder Judicial, con los gobernadores y el hombre que “está a cargo” y le aligera la carga de gobernar.


“Y, a ver, vamos a poner a consideración, vamos a hacer una especie de encuesta, de consulta rápida, breve. ¿Verdad, díganme si sí o no, verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?


-¡Sí! -respondió un coro al unísono.


-Que nos ayuda mucho, que está a cargo, está a cargo, está a cargo de llevar a cabo la conciliación, los acuerdos con legisladores, con gobernadores, con la Fiscalía General de la República, con el Poder Judicial. Me ayuda mucho, me aligera la carga el secretario de Gobernación.


“¡Presidente, presidente!”, se escuchó de fondo.


En las redes de López Obrador, después y como colofón, ninguna foto con el coordinador de los diputados de Morena se subió. Solamente se publicaron las ligas de las transmisiones del acto.

Al despedirse de los asistentes, también dijo Andrés Manuel en un tono que sonó a advertencia, que las fotos con él vendrán después, cuando los vaya encontrando, en sus giras, en sus distritos, en dónde -les restregó con sorna- “siempre” deben estar.


“Sólo va a quedar un pendiente: la foto ahora. Pero como nos vamos a seguir encontrando, ya ustedes están terminando este periodo ordinario y seguramente van a estar en sus distritos como siempre, pues allá nos vamos a encontrar, nos vamos a seguir encontrando”, les advirtió.


En sus cuentas de redes sociales del Presidente, en lugar de la foto oficial con las bancadas de San Lázaro, que no se realizó, el equipo de Palacio Nacional prefirió destacar la foto de Andrés Manuel con Gianni Infantino, presidente de la FIFA; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Emilio Azcárraga, presidente de Grupo Televisa y Yon de Luisa, presidente de la FMF.


Twitter @Alvaro_Rmz_V

 

* Los comentarios son responsabilidad exclusiva de quien escribe la columna de opinión.


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