NASA pierde contacto con la sonda MAVEN en Marte que podría haber capturado las mejores imágenes del 3I/ATLAS
- Redacción
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Actualizado: hace 5 horas
El silencio inesperado coincide con el tránsito del objeto interestelar, lo que ha abierto un debate científico y mediático
Washington, EUA. —A unos días de que el objeto interestelar 3I/ATLAS se encuentre en su punto más cercano a la Tierra, la NASA confirmó la pérdida repentina de comunicación con la sonda MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) que orbita Marte y que podría haber capturado las mejores imágenes de este visitante de las estrellas.
Aunque el reporte fue dado a conocer recientemente, el evento ocurrió desde el 6 de diciembre, justo después de que la sonda en Marte realizara una maniobra orbital rutinaria al pasar por detrás de Marte, conocida como ocultación planetaria. Al restablecerse la visibilidad con la Tierra, no se recibió señal alguna, lo que activó protocolos de diagnóstico y recuperación.
MAVEN, lanzada en 2013, ha sido clave para comprender la evolución de la atmósfera marciana y los procesos que llevaron a la pérdida de agua en el planeta rojo. La agencia espacial señaló que el incidente se encuentra bajo investigación y que, por ahora, no se ha determinado la causa de la interrupción.
Coincidencia temporal con 3I/ATLAS
El episodio ocurrió poco después del paso cercano del cometa interestelar 3I/ATLAS por las inmediaciones de Marte. Este objeto, oficialmente designado 3I/ATLAS (C/2025 N1), tuvo su mayor aproximación al planeta rojo el 3 de octubre, a una distancia de unos 29 millones de kilómetros, sin reportes de interacción física con la nave.
La coincidencia temporal ha generado especulación en redes y foros, aunque no existe evidencia que vincule directamente ambos hechos. La NASA ha reiterado que correlación no implica causalidad y que las maniobras de ocultación forman parte del perfil operativo habitual de MAVEN.
Debate científico y cautela
El astrofísico Avi Loeb (Universidad de Harvard) ha señalado que 3I/ATLAS se ha asociado mediáticamente a “incidentes extraños”, y considera que la observación abierta por telescopios como el James Webb y el Hubble dificulta cualquier restricción informativa. Sus declaraciones han alimentado el debate público, pero no constituyen pruebas de una relación causal con la anomalía de MAVEN.
En paralelo, Loeb ha intervenido en discusiones sobre fenómenos aéreos no identificados (UAP), cuestionando posturas escépticas frente a informes recientes del Congreso de Estados Unidos. La comunidad científica subraya que estos temas deben analizarse por separado, con datos verificables y métodos reproducibles.
Un visitante interestelar excepcional
3I/ATLAS es el tercer objeto confirmado proveniente del espacio interestelar. Se desplaza a más de 68 km/s (≈245 mil km/h) y sigue una órbita hiperbólica, lo que confirma su origen fuera del sistema solar. Su núcleo, estimado entre 10 y 30 kilómetros de diámetro, lo convierte en un laboratorio natural para estudiar materiales formados en otros sistemas estelares.
El cometa alcanzará su máxima cercanía a la Tierra el viernes 19 de diciembre, a unos 270 millones de kilómetros (≈1.8 veces la distancia Tierra–Sol). La ESA ha sido enfática: no representa peligro para la Tierra ni para otros planetas. Su perihelio ocurrió el 29 de octubre, a 203 millones de kilómetros del Sol.
¿Cómo observar a 3I/ATLAS?
Debido a su brillo, no es visible a simple vista; observaciones recientes han requerido telescopios medianos, preferentemente desde sitios con baja contaminación lumínica. La ESA prevé que pierda algo de brillo, por lo que podrían ser necesarios instrumentos mayores en las próximas semanas, aunque su posición más alta antes del amanecer facilitará la observación.
El origen exacto de 3I/ATLAS aún es incierto. Modelos dinámicos sugieren que podría proceder del disco grueso de la Vía Láctea, una región poblada por estrellas antiguas, y que el objeto ha vagado por la galaxia durante miles de millones de años.
Mientras continúan los intentos por restablecer el contacto con MAVEN, la NASA mantiene una postura de prudencia. Las investigaciones se centran en sistemas de energía, comunicaciones y software, causas comunes en este tipo de eventos. Cualquier conclusión sobre la relación con 3I/ATLAS, subrayan los expertos, requerirá evidencia sólida.
Por ahora, el episodio recuerda tanto la fragilidad de la exploración espacial como el valor científico de los visitantes interestelares, auténticos mensajeros de procesos cósmicos que ocurrieron más allá del sistema solar.
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