Voto por Voto, la lucha de poder en Puebla
Como una bomba cayó en Puebla el 19 de septiembre la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre el recuento total de votos de la elección para gobernador en Puebla, sin embargo, las declaraciones de Morena y el PAN dejan entrever que una vez realizados los cómputos, poco o nada podrían variar los resultados.
El equipo morenovallista salió inmediatamente a dar una rueda de prensa para decir que avala la decisión del Tribunal y que acatará los resultados porque están seguros que refrendará el triunfo de Martha Erika Alonso.
Por su parte, desde la trinchera lopezobradorista han externado la desconfianza en el recuento y por una clara razón, la paquetería que el Instituto Electoral del Estado (IEE) entregará a la máxima tribuna electoral será la misma que ya fue contada en lo local y que fue manoseada “n” veces antes de llegar a los resultados finales.
Las señales están aderezadas con el aval del propio IEE que una vez escuchadas las partes, también se pronunció por acatar los resultados que arroje el recuento de voto por voto y lo saben bien, no habrá una diferencia significativa en números.
El tema de fondo es que el conteo sacará a la luz el cúmulo de inconsistencias que existen en los 26 distritos electorales, como la falta de actas, el embarazo de urnas, las irregularidades en los documentos oficiales, incluso, revivirá el debate por la violencia que enmarcó el proceso en Puebla.
Sin embargo, si hay algo que echaría abajo la elección estatal sería el desaseo con el que se realizó y el tratamiento de la documentación electoral, todo eso que pudo haber ocurrido entre las urnas y el acta de mayoría.
Como lo advertimos en una entrega pasada, la elección de 2018 se convirtió no sólo en la más compleja sino en la más violenta en el estado y nadie nos la cuenta. La judicialización de la misma es consecuencia, no de otra cosa, sino de la lucha por el poder. En tanto un grupo busca retenerlo a costa de lo que sea, otros lo abrazan y sienten que se les esfuma de las manos.
“En política siempre hay que elegir entre dos males”: Christopher Morley
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