Las obligaciones del poder

Desde la consolidación del México independiente en 1821 y posteriormente con la instalación del primer Congreso Constituyente en 1822, el Poder Legislativo ha sido uno de los órganos de mayor relevancia dentro del Estado mexicano, no sólo por las funciones que desempeña, sino por la trascendencia y el alcance que han tenido los consensos que han emanado en su interior en temas políticos, económicos y sociales que sin duda impactan la vida de las Instituciones, empresas, organizaciones y familias mexicanas integradas por ciudadanas y ciudadanos como Usted y como yo.

Maestro en Administración y Políticas Públicas, docente universitario e integrante de la Coordinación General de Proyectos Legislativos del CPCC A. C.

No hay que perder de vista que el principal elemento del engranaje legislativo lo conforman las y los legisladores y, por ende, a medida que evoluciona el Estado mexicano, es preciso que su actuar corresponda con el deber, la responsabilidad y la ética a través del conocimiento y preparación sobre los temas que son prioritarios para las y los mexicanos, a fin de motivar propuestas con valor que permitan enfrentar los retos que a futuro tenemos como nación, independiente que nos dirija hacia un México pleno.

Para que la labor legislativa sea virtuosa falta agregar un componente sustancial: la evaluación ciudadana que actúe como un mecanismo de participación y corresponsabilidad para observar, analizar y dar seguimiento a las propuestas que en lo individual o en conjunto promuevan nuestras y nuestros diputados, con el fin de vigilar si su desempeño se ubica en el beneficio común o en beneficio propio como una práctica más del oportunismo político.

No obstante, la historia nos ha enseñado que durante los últimos años hemos errado al votar por personajes que han hecho tanto daño a México y eso no se puede repetir. No está de más expresar que durante el pasado, gran parte de estos servidores públicos se han caracterizado por su constante falta de productividad legislativa y ausentismo laboral, motivados por estar en los lugares, momentos y reflectores para posicionarse políticamente dejando a un lado lo importante: legislar por el bien común.

Por tal motivo, es necesario hacer valer la importancia que tiene el Poder Legislativo, exigiendo legisladoras y legisladores eficientes y, por parte de la ciudadanía, ejerciendo la corresponsabilidad para dar seguimiento a sus propuestas y trabajo legislativo.

La nueva Legislatura

La LXV Legislatura ofrece la oportunidad para ser observadores críticos de las propuestas que nuestras y nuestros diputados presentarán de manera individual o en conjunto por medio de sus Grupos Parlamentarios que ha quedado conformados y listos para gestionar con los grupos afines y cabildear con los grupos contrarios sus propuestas legislativas.

Aunque la agenda para el primer año de ejercicio legislativo se concretó con sus propios ejes centrales, la mayoría de los grupos parlamentarios coincidieron en impulsar la Reforma Político Electoral y la Reforma en materia de Energía Eléctrica. Sin embargo, aunque todos son temas relevantes, lo que ocupa prioridad en este momento que vive nuestro país producto de las consecuencias de la pandemia por el COVID-19, sin duda es la agenda en salud pública y la reactivación económica.