Ataque al INAI, un "Déjà vu" del Siglo XX
Actualizado: 3 may 2023
El pasado viernes concluyó el periodo de sesiones del Senado de la República y no fue realizado el nombramiento de los tres comisionados faltantes del INAI que debieron ser designados a principios de abril. La situación es grave, no sólo por la parálisis provocada al organismo, sino por el ataque desde Palacio Nacional a uno de los pilares creados por la democracia en México.
Este lunes, la presidenta comisionada del INAI, Blanca Lilia Ibarra, reportó que el organismo registró ya un mes sin poder realizar sesiones por falta de quórum, con "más de 3 mil recursos en sustanciación, de los cuales, más de 800 están listos para ser votados".
Un poco de historia
Hace un poco de más de dos décadas, allá por el cierre del Siglo XX, justo antes de la caída del PRI, en México no se conocía la transparencia e incluso se veía lejos que hubiera un órgano encargado de garantizar el acceso a la información pública como ya ocurría en otros países del mundo, donde incluso está reconocida como un Derecho Administrativo y es una herramienta eficaz contra la corrupción. Sin embargo, era un sueño que sólo se discutía en las universidades y en los círculos intelectuales de la época.
Las elecciones presidenciales del año 2000, con la derrota del PRI en las urnas, abrieron entonces una nueva visión de país, uno posible, realizable y los sueños se fueron haciendo realidad; primero, con el encumbramiento del IFE como el nuevo pilar de la democracia en México y segundo, el logro de contrapesos reales entre oposición y gobierno en el Congreso de la Unión.
Era esa época en la que se encendía la radio antes del amanecer para escuchar Monitor con José Gutiérrez Vivó, pasar por el periódico local antes de las 7:00 de la mañana y esperar los impresos nacionales a veces hasta las 10:00 de la mañana, porque si se pasaba antes al puesto de periódicos, estos aún no habían llegado.
Eran aún esas épocas en las que unos cuantos informativos y contados comunicadores, conocidos como "los niños cantores", eran los que tenían las exclusivas, porque era a los únicos a quienes los gobiernos les filtraban información que per se debía ser pública, pero siempre la entregaban incompleta y con intenciones claramente políticas. Aunque la práctica sigue existiendo, hoy la transparencia ha abierto nuevos y variados caminos para los ciudadanos.
Nada fue terso, cada uno de los logros democráticos y de transparencia fueron arrebatados al poder, como se dice en los corrillos de la política: "a chingadazos". Y detrás de esta lucha estaba la ciudadanía. No eran los panistas ni la izquierda, sino los millones de mexicanos, hartos de un gobierno autoritario, opaco, todo poderoso, que reprimía al pueblo y premiaba con canonjías a sus amigos, pero que además había sumido a las familias en dos grandes crisis económicas en solo 20 años, creando con ello un caldo de cultivo para el estallamiento social.
Más atrás de esa fuerza ciudadana estaba lo que quedaba del cardenismo del '89 y un grupo de socialistas atraídos más por los íconos de la décadas de los '60 que por sumarse a un proyecto de nación que lograra la tan mentada "justicia social" -idea propagada por la Revolución de 1910-. No fueron los partidos políticos los que definieron el rumbo, fue la presión social para dejar atrás al régimen que por 70 años se mantuvo en el poder.
Fue en ese contexto en el que los ciudadanos obligaron a la creación, en junio de 2002 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, misma que dio paso a la aparición, un año después, en junio de 2003, al Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI) con el objetivo de garantizar que cada dependencia transparentara el uso de los recursos públicos. El mismo órgano que para 2015 cambió a Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
A casi 23 años de distancia, pareciera que hay quienes ya no lo recuerdan y otros, con justa razón, son aún muy jóvenes para entenderlo porque no lo vivieron, y es que no es lo mismo padecerlo a que te lo cuenten. Ese pasado reciente, es el que parece regresar como Déjà vu en este México del Siglo XXI, en el que ya habíamos superados esos problemas de autoritarismo y libertades coartadas, pero que amenazan con regresar.
Esa es la relevancia de lo que hoy está enfrentando México. No es nada más la falta de dos comisionados o que no haya prisa en nombrarlos, tampoco es únicamente ningunear o regatear la labor de un organismo cualquiera. Es poner en jaque décadas de lucha ciudadana por hacer al país más democrático, más humano, pero sobre todo, poner en riesgo a uno de los pilares que han despresurizado el caldo de cultivo social.
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